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@o) CAPÍTULO IX En breve tiempo llegamos al Panteón. Nos aguardaban los sepultu– reros; pero antes de enterrar al P. Jaime, se rezaron las oraciones propias de la inhumación; se bendijo el féretro y comenzaron a descender el ataúd. Después el P. Claudio echó una palade tierra sobre él, seguido por lamayoría de las personas. Mientras, cantaban los jóvenes de la JUFRA y las hermanas del grupo de teología. Después de estar sepultado, nuevamente se dejaron oír las "porras" de los JUFRISTAS. Antes de retirarnos, le dimos nuestras condolencias al P. Claudio y el respondía a las hermanas, en medio de una sonrisa y la tristeza reflejada en sus ojos: «Se queda con ustedes, se lo encargo». Algunas hermanas le expresaron que ahora él tenía que ocupar el lugar del P. Jaime. A lo que él respondió: «Ese lugar nunca se podrá ocupar, porque el P. Jaime ha sido un hermano muy especial. (Fin del relato de la Hna. Hilda LópezMtjía) Epitafio espiritual El P. Jaime fue enterrado en el Panteón o Cementerio "Jardines del Recuerdo" (Carretera Santa Cecilia Tenayuca 1274, C.P. 54120), y la tumba de cuatro lóculos, tres de los cuales están ahora ocupados, propiedad de la familia García-Huízar, se encuentra en "Jardín de la Predicción" AH, Sección 6, Lote 219, arriba en la pendiente de este grande cementerio por el que circulan los vehículos 329 • En la lápida, colocada directamente sobre el césped, se lee: JAIME ZUDAIRE HUARTE SACERDOTE CAPUCHINO 3 SEPTIEMBRE 1925 1 OCTUBRE 2004 328 En México se llama Panteón a lo que en España se llama Cementerio. 329 En el momento en que fue enterrado, a la izquierda de su sepultura se podía ver, según las fotos que se tomaron una cruz de hierro con una placa que dice: "Margarita Zúñiga Roberts"; y a su derecha, sobre el muro, el número 218 (borroso el número 2).

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