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EL DÍA Y LA HORA (ml el P. Jaime permaneció solo; siempre hubo guardias de hermanas, hermanos y franciscanos seglares. Apesar de que el día anterior se habían marchado algunas hermanas, nuevamente, durante lamafiana comenzaron a llegar. Eranmuchísimas las hermanas. Había hermanos y franciscanos seglares; éramos tantos que a la hora de laEucaristía, muchos tuvieron que permanecer fuera de la capilla. La celebración eucarística comenzó a las 2:00 p.m. presidida por el P. Claudio, concelebraron el P. JuanMari, José Manuel, Jesús Arrondo, P. Max y otro sacerdote que acompañaba a las hermanas de Galeana. Durante toda la celebración hubo representaciones de guardia de cinco minutos de los hermanos, de las madres presidentas, de las hermanas de la comisión, del grupo de teología, del grupo de junioras, de las hermanas del servicio, de las comunidades que nos acompafiaban, de los hermanos franciscanos seglares y de algunos matrimonios, entre ellos el matrimonio que ofreció la fosa. En la homilía el P. Claudio habló de lo que significaba "descansar en paz": no es una pasividad, sino es el participar y entrar en el dinamismo de Dios. La celebración continuó con signos expresivos de cariño y despedida. Antes de terminar la misa, la hermana Ma. Esther Pérez Grimaldi de Rodríguez, coordinadora nacional de formación de la OFS leyó el comunicado de laMinistra general de ellos, Encarnita del Pozo, una cartamuy conmovedorayfraterna. El P. Max, ennombre del obispo, dio el pésame a los hermanos y agradeció la labor del P. Jaime en esta diócesis. El P. JuanMari dio las gracias, muy consternado. Como canto de salida el P. Claudio pidió a las hermanas de teología, que formaban el coro, que cantaran los aleluyas de la fiesta del Señor, porque en este momento los necesitábamos. Inmediatamente todos los presentes salimos hacia los tres autobuses, que se alquilaron para esta ocasión, y bastantes carros que nos llevarían al Panteón 328 donde sería sepultado el cuerpo del P. Jaime.

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