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~1------------C_A_P_ÍT_u_L_o_I_V___________ radicó en Venezuela. El año 1961 .hace su profesión en la Orden Franciscana Seglar. Se enamoró de san Francisco, santo de su tierra, como guía espiritual para las aspiraciones de hoy. En 1961 profesó en la Orden Seglar Franciscana; en 1969 se le confió el ser Presidenta del Consejo Internacional de la TOF, con sucesivas renovaciones hasta su muerte, acaecida santamente en Caracas el 3 de noviembre de 1992. Hizo innumerables viajes por todos los continentes visitando las frater– nidades; participó en congresos de rango internacional. Fue nombrada miembro del Pontificio Consejo de Laicos (1984); participó como auditora en el Sínodo de Obispos de 1987; fue también nombrada miembro del Pontificio Consejo de "Justiciay Paz" (1990). Tuvo varias entrevistas con Pablo VI y Juan Pablo II. Y todo esto con una exquisita sencillez y elegancia, que irradiaba de todo su porte. Una "anima bella" franciscana. Presentamos esta figura en la vida del P. Jaime porque la vida de esta gran mujer es fondo y contextura de todo lo que se realice estos años en la Orden Franciscana Seglar. El P. Jaime, escribió en sumomento, "inmemoriam" 138 de estamujer con quien a lo largo de 16 años compartiómuchos momentos de trabajo y algunas visita internacionales: "Tengo especial recuerdo de las visitas 138 Son cinco folios que llevan por título Manuela Mattiolí, sin fecha. Ignoramos por quién fueron solicitados o a quién fueron enviados. El P. Jaime comparte el juicio que pronunció el Nuncio del Papa en México, Mons. Giuseppe Bertello, que la conoció en Caracas: "Era una mujer santa". "Santo no equivale a decir perfecto o sin error a lo largo de su vida". Por este testimonio del P. Jaime nos enteramos de que Manuela Mattioli contrajo matrimonio, dato que deliberadamente se ha ignorado en la citada biografía del P. Avelino. "Nunca hablé con ella de su frustrado matrimonio. El P. Samuel González, que fue en un tiempo su director espiritual, me refirió el caso. Le di mi opinión totalmente favorable a que se tramitase la declaración de nulidad de aquel matrimonio. Le sugerí el nombre de algún canonista en Roma. Cuando más tarde surgió alguna alusión, en uno de nuestros diálogos muy cordiales, se limitó a decirme que a Manuela no le interesaba la libertad para contraer un nuevo matrimonio, sino para sentirse tranquila en su conciencia civil y religiosa y dedicarse serenamente a la Iglesia y a la OFS". Papeles personales del P. Jaime.

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