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que se inserta la vida de los pobres. Cambiar la sociedad, el paradigma en el que sitúan las pobrezas, es una realidad derivada del diálogo de la relación menor con el mundo. En esto hay que dar pasos iniciales porque, como estructura, no hemos manejado el anhelo por trasformar las estructuras de este mundo 102 • Precisamente porque esto no es fácil y porque estamos deshabituados, el CPO dice que este asunto requiere "evaluaciónperiódica", constataciónparaverpor qué camino va nuestro trabajo social, nuestras obras de colaboración a otromundo posible. Esta espiritualidad, por muy en los inicios que esté, es demandada hoy por el mundo con una urgencia que solamente se capta en la medida en la que se está cerca de los pobres, en cuanto se ha pasado a la orilla de las pobrezas, si uno se va "situando en el lado de los pobres y marginados". Si no, todo esto no pasa de ser un deseo inalcanzable, algo que en realidad no llega a atañemos. 49. Nueva posición Consideramos que es difícil comprender el mundo de hoy, sumi– do en pobrezas, desde una posición privilegiada como la nuestra. Por eso, creemos que caminar en la dirección de las pobrezas sea una orientación que puede generar una vida nueva en la Orden. Ello requiere dos cosas: un cambio de lugar físico que comportaría, como sucedió a los primeros hermanos capuchinos, situar nuestras casas en la periferia de la sociedad con estilo sencillo y pobre, y comportaría también un cambio sociológico, que requiere vivir allí no sólo para acoger a los pobres, sino también deseando ser acogidos por ellos. Este "bautismo de los pobres", que Francisco recibió cuando abrazó al leproso, lleva a 102 "Estando enKorogocho he aprendido también otra cosa. Me he dado cuentade que si vives en el barrio sin crear problemas políticos, como hacía laMadre Teresa, eres un santo. Pero si comienzas a poner problemas políticos, eres un comunista. Política es preguntarse por qué existen barrios sin luz ni agua, a qué sistema económico favorecen y empefiarse en ponerlo en discusión. Es preciso vivir esta dimensión política a fondo si no, incluso como misionero, se corre el riesgo de hacer el juego al sistema. De esa manera se deja de ser un héroe o un santo para llegar a ser un perturbador del orden constituido": A. ZANoTELLI, Korogocho, Afia scuola deipoveri, Milano 2003, p.26. [nJ
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