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• Voz con voz: porque los trabajos de Justicia y Paz no solamente prestar voz a los que no la tienen sino, además, unir nuestra voz a las otras voces que reclaman dignidad. Queda así conjurado todo afán de protagonismo paraque triunfe lajusticiadesde sus propios demandantes, sin intermediarios aunque con ayuda solidaria. • Atentos a quien quiere el bien de la Tierra: porque cuidar la tierra es una de las tareas de la minoridad, provenga este afán de grandes instituciones 100 o de simples personas sensibles al futuro de la tierra 101 • • Denunciaprqfetica: algo a lo que quizá estamos poco acostum– brados, y menos como institución, pero que es necesario a la hora de construir las relaciones redimidas. La denuncia, hecha en modos fraternos y humanitarios, es necesaria para despertar a otra realidad. En esto es preciso ser ágil e imaginativo. 47. Testimonio y diálogo Cuando nos dirigimos hacia aquellos que no comparten nuestra fe estamos llamados en primer lugar a ser testigos de Cristo con nuestra vida y en segundo lugar a dialogar con los demás, siguiendo la recomendación de San Francisco, (cf. Rnb XVI 4-7), a no hacer proselitismo ni despreciar o mal interpretar las creen– cias de otros. En consecuencia deseamos: vivir entre los pobres sin distinción de religión; dialogar con las culturas, religiones y confesiones; inculturar el Evangelio. Los trabajos de Justicia y Paz con los "alejados" de la fe han de estar hechos de respeto y de diálogo, que elimine todo proselitismo o menosprecio de otras religiones o culturas. El testimonio y el diálogo 10 ° Como apoyar al protocolo de Kioto, por ejemplo. 101 "Tengo una esperanza demencial, ligada, paradójicamente, a nuestra actual pobreza existencial, y al deseo, que descubro en muchas miradas, de que algo grande pueda consagrarnos a cuidar afanosamente la tierra en que vivimos": E. SABATO, La resistencia, Barcelona 2000, p. 31. QoJ

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