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las partes en conflicto puedan decir su situación. Luego se verá cómo se solucionan los problemas 96 • • Respetm' la legitimidad· Pero por ambas partes, porque todas tienen "necesidades legítimas", ya que los conflictos no tienen, generalmente, una sola causa. • La segwidad del hermano. Que esa seguridad (física, jurídica, económica) sea una verdadera preocupación con los hermanos de la comm1idad y con toda persona 97 • • Superar las divisiones: étnicas, no solamente preconizando un mundo universal sino reconociendo a la vez la peculiaridad de las raíces de toda persona, sin que, por supuesto, nadie crea que la suyas son superiores a las de los demás; lingüísticas, asumiendo la nece5idad de encontrar lenguas de trabajo comunes, pero valorando el tesoro cultural que es una lengua propia: ante este fenóme:;:io, el menor, por razones de inculturación y aun de minoridad, de nueva relación, habrá de hacer un esfuerzo explícito de aprendizaje 98 ; nacionales, con dosis crecientes de universalis– mo, pero siendo respetuoso también con las raíces que cada cual quiera dar a su vida 99 • 96 ¿Qué repercusión hatenido entre nuestros hermanos la iniciativa profética del foro Elkarri como intento '.le diálogo plural ante el problema del terrorismo en Espafia? Posiblemente sea ignorado, cuando no rechazado. Y sin embargo la pregunta que nos harán en el futuro a los grupos franciscanos será bien clara: ¿Qué hicisteis vosotros por la paz? 97 Tengamos en ;:uenta que la simple seguridad física es un problemagrande a nivel mundial. El menor habría de estar preocupado por ella y podría colaborar con organizaciones, como Amnistía Internacional, que cuidan mucho este aspecto. La colaboración puede ser muy sencilla (comJ Acción Urgente, cartas a favor de los presos injustamente encarcelados y maltratados), según las posibilidades de cada cual. 98 Es difícil entender la postura de quienes estando muchos afios en lugares donde hay lenguas particulares vivas no hagan ningún esfuerzo de aprendizaje o, al menos, de comprensión. 99 Por su cercaría al pueblo, el capuchino se ve, con frecuencia, influenciado por estos fenómenos scciales y políticos. Aun asumiéndolos, ha de ser verdadero instrumento de mediación pa:-a que no se corrom;Jan por la exclusión y el odio. 0D
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