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es un marco propicio para que se suscite el no fácil logro de la reconciliación. Parece que la proposición habla de dos ámbitos de reconciliación: a) la reconciliación social que incluso viene por medio de la cultura. Es la "otra" reconciliación tan necesaria o más que la sacramental. Una reconciliación que supone una mirada continua sobre la realidad y una gran capacidad de mediación 91 • b) la reconciliación sacramental que ha sido tradicional ennuestra actividad evangelizadora también puede ser herramienta de reconciliación, siempre que no se contente con modos ritualistas y rutinarios 92 • 45. La alegrfa de la minoridad Nosotros hermanos capuchinos creemos en la belleza de la minoridad. Como Francisco, pensamos que, a pesar de las dificultades presentes en una vida de minoridad y de itinerancia, tenemos siempre motivos para manifestar la alegría en el mundo en el que vivimos. La experiencia del Evangelio y la vida en comunidad son razones para vivir con alegría nuestra minoridad. Partiendo de estos motivos busquemos llevar la alegría a la vida, a veces muy dura, de los pobres (cfr Const. 100). Además, muchos perciben nuestra alegría, lo que representa un estímulo para su vida y puede servir de medio para atraer y abrazar nuestra vocación. Ser menores y vivir en la alegría no sólo es posible, sino que constituye una realidad siempre presente en nuestro estilo de vida. 91 La Iglesia en general, y nuestra Orden en particular, no ha cultivado mucho la mediación social y política, como si eso no fuera con nuestro cometido espiritual. Si embargo, construir la paz y mediar es hacer la mayor obra espiritual, evangélica, que se pueda pensar: "Dichosos los que construyen la paz" (Mt 5,9). Algunas de nuestras grandes obras de la orden (por ejemplo, por qué no soñar, el Colegio Internacional S. Lorenzo de Brindis) podría ser reconvertido en un observatorio de migraciones o en un centro para la mediación social y política. 92 En ese sentido no se puede negar que la constante actualización de ese sacramento, sobre todo en estas materias sociales, es absolutamente necesaria. ¿Puede ponerse a confesar un hermano que no solamente tiene dificultades con los temas de Justicia y Paz sino que abiertamente dice que no le interesan o que está en contra de ellos, de todo se ve?

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