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presencia minorítica e itinerante en el mundo de hoy se inclinó el Consejo, con gran acierto a nuestro modo de ver, por el campo de los trabajos de Justicia y Paz. Quizá pueda ser un impulso que ayude a despegar en este tema. 42. Crear relaciones El poder del Espíritu Santo alimenta un verdadero amor en nuestros corazones, que crea unidad entre todas las criatu– ras, independientemente de quien o de lo que cada cosa sea (et LG 7). Como hermanos de Francisco debemos ser cons– tructores de puentes y buscar caminos, superar las barreras de castas, credos, religiones y fronteras geográficas, aferrán– donos al hilo conductor del amor mientras caminamos en el laberinto de las relaciones. Nuestras fraternidades deberían ser puntos centrales de paz y de reconciliación para los ambientes cercanos a nosotros. He aquí una proposición de fundamentación para una nueva espiri– tualidad: la minoridad lleva aun tipo de relación creativa. Los capuchi– nos hemos de ser "constructores de puentes y caminos ... en el laberinto de las relaciones". Esta "ingeniería espiritual" es el verdadero trabajo de laminoridad. Y este trabajo ha de hacerse "aferrándose al hilo conductor del amor", que es, como en todo lo relativo a la vida cristiana, el motor último. Puede parece que son cosas "sabidas", pero, meditadas y ahondadas, pueden dar mucho juego. No son pensamientos tópicos. Y a veces serán útiles para aferrarse a ellos en determinadas opciones, en casi todas las relativas a los trabajos de Justicia y Paz. 43. Ver al hombre por encima de su pecado Un rasgo específico de la minoridad de Francisco está en la capacidad del santo de Asís de saber ver por encima de las heridas, los límites y los pecados de los hombres, viendo en todos la presencia de Dios. El usar misericordia en las relaciones con los leprosos es reconocer el misterio de Dios presente en el que sufre; el ofrecimiento continuo de perdón a los pecadores es afirmación de que el hermano es más grande que su propio