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Como se dijo :ambién en la proposición 36, es preciso que el dinero no sea "el único criterio" de nuestras colaboraciones eclesiales. En esto es preciso ser claros y valientes. 39. Modelo de colaboración con la Iglesia diocesana La Orden en sus documentos nos ha invitado a ser 'prudentes' a la hora de aceptar parroquias (Cf. Const. 151,2). Sin embargo, constatamos que esto, por muchas razones, aún no se está realizando y condicio'1a nuestra vida fraterna e itinerante. Propo– nemos que se revise este modo de proceder y se asuma el servk::io de la acción evangelizadora y pastoral como colabora– ción con la iglesia diocesana, evitando siempre el sentido de poder y de apropiación. Para este fin sería bueno asumir, sólo por un tiempo limitado, rasponsabilidades, como parroquias, servi– cios diocesanos y otros compromisos que inducen a la estabili– dad, teniendo en cuenta las circunstancias. Se da un toque de atención al trabajo enparroquias por las consecuen– cias que tier:e para la vide: fraterna. Como ha crecido mucho la parroquialización de la Orden (y de lamisma Iglesia 86 ) es preciso aguzar el discernimiento. Dice el CPO que los mayores peligros de esta excesiva parrnquialización son la "estabilidad", el poder y la apropia– ción. Esto, como se ha visto en ocasiones, tiene fuertes consecuencias para la relación fraterna y, por ello, para la relación minorítica. 40. Implanta tío de la Iglesia y de la Orden Donde quiera que vayamos a anunciar el evangelio, a implantar la orden y a ayudar a formar la Iglesia nos proponemos: - evitar todo signo de poder y de status social en nuestro modo de vivir, evangelizar y ayudar; - evitar toda forma de desigualdad entre los hermanos nativos ser Iglesia sin ser del sistema. Pero es preciso ir haciéndoles ver, con paciencia franciscana, que eso es un beneficio para el conjunto de la comunidad cristiana. 86 Más del 90% de las presencias de religiosos en África son parroquias, nos decía A. Zanotelli. 81
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