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• experiencias eremíticas: no han llevar a la desconexión histórica sino a caminar por el mundo con mirada contemplativa. La contemplación franciscana produce esos místicos horizontales que saben amar, servir y adorar a Dios sin necesidad abandonar el mundo, haciendo de él el verdadero lugar de encuentro y de contemplación 80 • 32. Coherencia entre vida y enseñanza Nuestra vida fraterna es la exigencia fundamental en el proceso de toda la formación (cfr. Cons 23, 4-5). Este delicado proceso formativo corre riesgo cuando se percibe como un doble criterio entre lo que se enseña o se propone y lo que se vive de hecho en toda la jurisdicción. Con frecuencia esta situación lleva a concebir la profesión religiosa y la ordenación como gradas o pasos hacia la promoción personal y el privilegio, más que hacia niveles de un compromiso más profundo y de una mayor generosidad. Por tanto queremos subrayar la importancia de la coherencia entre lo que enseñamos a los jóvenes que están en formación y nuestro estilo de vida. Es una llamada del todo necesaria en el tema de la formación para la minoridad. Ya hemos aludido a ello: se dice una cosa a los jóvenes y en toda la Provincia (algunos creían exagerado eso de "toda") se vive otra. En realidad este problema persistirá siempre. Cierto que hay que tratar de ser coherente y que eso será una herramienta decisiva en la formación de los candidatos. Pero tal vez haya que decir también que habría que enseñar, después de haberla aprendido nosotros mismo, a asumir nuestra incoherencia, a tratarla, a aprender sus porqués, a analizar sus orígenes. Si no se hace esta obra de asimilación, de acogida con ternura, no se enseñará nunca a los candidatos que nosotros también estamos en búsqueda, que también 80 Esto, evidentemente, no está reñido con el ejercicio de la oración en el silencio sino que, por el contrario, resulta algo imprescindible para profundizar, para escapar de la superfi– cialidad.

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