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dimensiones, la cristológica y la histórica están ambas imbricadas; b) la práctica eremítica de los primeros capuchinos no es la clásica "fuga mundi" sino el afán de "tener una visión más amplia de al realidad, contemplada a partir de Dios y de los pobres" 77 • Se dan tres notas de esta contemplación en la perspectiva de la minoridad: • que la minoridad de Dios pueda ser "paradigma pedagógico de evangelización". El tema de laminoridad de Dios que desapareció de las fundamentaciones viene aquí. Puede ser, efectivamente, una nuevamanera de evangelizar desde la realidad de un Dios que no es todopoderoso sino menor. Esta filón, tanto teológico como pastoral, habría de ser explotado, aunque para ello haya que abandonar parte de la teología aprendida y de la práctica habitual de una evangelización que da por supuesta, ni se cuestiona, la absoluta "mayoridad" de Dios; • una contemplación anclada en la realidad y apuntando a ella en ámbitos amplios como el de la "compasión internacional" que no es otra cosa sino entender el futuro del mundo desde una compa– sión que se generalice como valor sobre el que se asienten incluso las relaciones internacionales 78 ; • una contemplación más para la escucha que para la palabra. Entender la contemplación como escucha es, a estas alturas, un camino "novedoso". Lo interesante sería dar cuerpo a esa escucha desde la escucha a la Palabra, o a los signos de los tiempos, o a los pobres, etc. Para ello se proponen cinco caminos concretos de actuación: 77 Así lo hizo ver claridad al Consejo la pedagógica ponencia del hermano N. KusrnR, Minoridad e itinerancia en losprimeros capuchinos. 78 Estas intuiciones se las debemos a la ponencia del hno. D. CouTURIER, Formaciónpara la itinerancia. Aspectos antropológicos.
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