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ministerio. Hay aquí una línea que se ha explotado poco en la Orden y que, en el marco de la actual globalización, pueden tenermucho sentido. Se incluye en este número y en el siguiente la relación entre minoridad y oración franciscana. Creemos que esto es ir en la línea de hacer las proposiciones una especie de "cajón de sastre" donde quepa todo. Pero un gran grupo del Consejo optó a ojos cerrados por este tema. Y aquí está. Es interesante que se diga que la calidad de la oración franciscana le viene dada por su cercanía a los débiles y por el compartir los gozos y esperanzas de las personas. Esta "historificación" de la oración puede ser, ciertamente, un buen elemento de renovación del hecho orante en la Orden. 31. Formación para la contemplación en minoridad Ya que el camino de la minoridad no es un camino natural que se elige espontáneamente, las fraternidades y los hermanos nece– sitan una formación permanente para adquirir y mantener un espíritu de servicio y de minoridad, que se nutre de la oración y de la contemplación. Es esencial desarrollar una mirada contemplativa, especialmente a través del ejercicio comunitario de la oración silenciosa. El camino de los primeros capuchinos hacia la periferia fue también el camino hacia la contemplación y el silencio abierto al mundo. El hermano menor es el que contempla sobre todo a un Dios que se hace menor en el pesebre, en la cruz y en la Eucaristía; y que jamás pierde de vista a las hermanas y herma– nos -sobre todo a los más pobres- y a toda la creación. El eremitorio, que para los primeros capuchinos siempre se situaba en los confines de la ciudad, no es el lugar para desviar la mirada, sino para tener una visión más amplia de la realidad, contemplada a partir de Dios y desde los pobres. Por tanto, deseamos promover una contemplación franciscano– capuchina: - que, siguiendo la tradición de Francisco, contemple la minoridad de Dios como paradigma pedagógico en la evangelización;
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