BCCCAP00000000000000000001209

Esta desgana se ve confirmada cuando llegan a las manos del hermano las conclusiones del CPO y, al echarles un vistazo, tiene la inmediata sensación de no ver en ellas nada nuevo. El lenguaje emplea– do, ya sabido, le lleva a esa conclusión precipitada y al consiguiente abandono de las mismas. Por eso se impone una lectura reflexiva de las conclusiones del 7CPO. ¿Qué es una lectura reflexiva? Aquella que valora bien los orígenes y el modo en que se forjó el marco de un texto; la que va más allá del envoltorio literario y logra percibir los trasfondos de cada una de las proposiciones; y, finalmente, la que logra captar lo nuevo de la aportación para deducir la operatividad de las propuestas. Este tipo relectura es el que deseamos proponer en nuestra reflexión. Digamos de entrada, y no sólo como novedad sino como principio hermenéutico de nuestra lectura, que las conclusiones del 7CPO han logrado situar los viejos componentes carismáticos del franciscanismo que son la minoridad y la itinerancia en el nuevo contexto de una sociedad global y secularizada. Éste ha sido, a nuestro modo de ver, su mayor mérito 3 • Y el interrogante no solucionado es el de cómo hacer esta nueva lectura sin salirse del sistema social y religioso en el que la Orden, como estructura, sigue moviéndose 4 • El plantear ambas cuestiones desde lados comunitarios, estructurales, más que personales, es la novedad compartida con el 6CPO que aquí también se ha querido mantener. 3 Quizá lo más interesante ha sido que este trabajo se haya hecho como sin pretenderlo, por la simple actitud de escucha ante el momento presente y en contra de corrientes involucionistas que surgen en determinados contextos de la Orden. Ello es una prueba de veracidad vital. 4 Una de las frases que más sonó en el 7CPO fue aquella del Hno Lázaro Iriarte, que el mismo Hno. General utilizó en uno de los subsidios anteriores al Consejo (.El valor de ser menores, 4 octubre de 2003), en que se dice que la Orden abandonó pronto el camino de la pobreza por "querer 'ser pobres' sin tener el valor de seguir 'siendo menores"': L. IRIARTE, Vocación.franciscana, Madrid 1971, pp.124-125). Pero quizá la gran "cobardía" de la profecía franciscana fue el no haber encontrado cauces para vivir en modos no sistémicos echándose, ya en vida del mismo Francisco, en brazos del sistema eclesiástico imperante.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz