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portable", la pueden entender y vivir otras personas. Y ciertamente lo es, sobre todo cuando se "ve", cuando se vive en modos fraternos de vida concreta, no únicamente cuando se expresa en un documento o unos textos. 20. La autoridad según las Constituciones Nuestras Constituciones (nn. 156-157) indican cuatro fuentes positivas de autoridad en el mundo y en nuestra Orden: 1) el servicio a los demás; 2) la coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos; 3) la escucha atenta de los demás; 4) el ejercicio de la autoridad que mira al bien común. Las Constituciones sugieren una gradación, por la que en el ejercicio del propio cargo se recurre a la fuerza de la autoridad sólo después de haber agotado todas las otras posibilidades. Considera oportuno el CPO que los hermanos recuerden lo que dicen las Constituciones sobre la autoridad 58 • Estas dicen que la autoridad franciscana se nutre de cuatro "fuentes positivas": el servicio, la cohe– rencia, la escucha, la atención al bien común. Efectivamente, son grandes nutrientes de una garantía de buen uso del poder-servicio. Pero persiste en la recámara la idea de que si eso no da resultado seránecesario recurrir a "la fuerza de la autoridad" cuando se hayan agotado ya todas las otras posibilidades 59 • Ahí hay algo que no va: si se creer en la posibilidad de esas fuentes positivas de la autoridad franciscana, es precio cree que son "inagotables" (las hemos de hacer tales). Por eso, en 58 No ha de extrañar que no pocos de los puntos de espiritualidad de estas proposiciones estén ya recogidas en las Constituciones. Creo que una de las finalidades de una CPO es recordar colectivamente la espiritualidad ya pensada pero aún no vivida. 59 Es el axioma consagrado por el Derecho de que "la última palabra la tiene el superior". Eso destruye la fraternidad y anula la espiritualidad del poder-servicio. La última palabra la tiene quien más cerca esté de los postulados evangélicos, sea el superior sea el súbdito. El discernimiento continuado es el mecanismo normal para llegar a percibir quién está más cerca de la realidad evangélica. Si ésta es luz para el creyente, en la casi totalidad de los casos de conflicto el E.-angelio hará ver su luz y la comunidad sabrá realmente qué es lo que hay que hacer.