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casi exclusivamente, la otra, aunque tiene arraigo franciscano muy antiguo, nos es prácticamente desconocida 50 • Hay ahí un filón a explotar; b) además, el trabajo en equipo, dice la proposición, ha de afectar "a todos los niveles de la comunidad". Es decir, no se trata de aplicar este criterio solamente a las programaciones pastorales (y más si se hacen con laicos), docentes o similares. También los sencillos trabajos y asuntos de la vida fraterna han de estar imbuidos por esta espiritualidad. La autoridad pierde ese '•veneno" del autori– tarismo del que siempre está tentada cuando se logra implicar, corresponsabilizar, repartir las obligaciones y los medios. Eso se consigue con el trabajo en equipo. 13. Horizonte internacional La Orden es una fraternidad mundial a la que pertenecemos a través de la Provincia y de las demás circunscripciones. Para superar todo tipo de provincialismo, y para movernos eficazmen– te en un contexto globalizado como es el nuestro, es importante abrirse al horizonte internacional de nuestra fraternidad. En particular, abrámonos voluntariamente a toda forma de colabora– ción interprovincial, no sólo en el ámbito de la formación inicial, sino también en el de la formación permanente y del ministerio. La colaboración entre las circunscripciones, en efecto, no es sólo una exigencia dictada por la disminución del personal sino que es un valor en sí misma, en cuanto que es una forma más amplia de fraternidad, y además es una expresión concreta de minoridad e itinerancia. Eficaces instrumentos de colaboración son la constitución de fraternidades interprovinciales y el intercambio de personal entre las circunscripciones. Análogamente, son formas oportunas y actuales de minoridad y de itinerancia las iniciativas de colaboración interfranciscanas, sobre todo con los demás hermanos de la Primera Orden y de la 50 Es la antigua "obediencia al hermano" de Sa!Vir 15. GJ

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