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NÉSTOR ZuBELDÍA BARSELó MARÍA, FUENTE DE VIDA Si el cántaro está vacío y se quiebra con el aire, llévalo, niña, a la fuente para que el agua lo calme. Me asomaré al portal de tu morada como el sol que se airea con la brisa, como estrella fugaz que tiene prisa, para besar tu rostro en la alborada. Dime ¿por qué, gacela enamorada, el mayoral prendía su divisa en el cántaro fresco de tu risa y por qué le seduce tu mirada? Si eres cauce de Dios y en tu ribera se remansa serena y escondida la fuente de la gracia y de la luz, Acoge nuestras aguas en tu vera y viértelas, Señora de la Vida, en la acequia sagrada de su Cruz. CANCIÓN 55
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