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APARTADO PRIMERO: JESUCRISTO VUEL\lE TU ROSTRO El soneto describe la situación del alma, privada de la sensación de la presencia del Amado. Es una ausencia que deja al espíritu en la llamada y requiebro profundo del retomo del Señor: esperando entre tus manos, prisionera, tus amores. Si quieres abrir la puerta, por favor, no la golpees, la llave del corazón sólo el amor la posee. Señor de los humildes, Nazareno que en las horas radiantes de alegría vuelves tu rostro sobre el alma mía y me embriagas del gozo más sereno. Tu vista me cautiva y quedo lleno de luz resplandeciente, a mediodía y de lóbrega noche y agonía cuando pierdo tu vista, sufro y peno. La tarde se me escapa traicionera robándome tus ojos bienamados, y me quedo muriendo de dolores, Esperando entre tus manos, prisionera, y alzados a tu pecho mis cuidados, a zaga de tu huella, tus amores. CANCIÓN 39