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NÉSTOR ZUBELDÍA BARSELÓ RESONANCIA DE DIOS El alma camina embriagada por la senda de Dios, descubriendo gozosamente la presencia de Jesucristo, el Verbo del Padre. El enamoramiento avanza desde la quietud del espíritu y se intensifica fuertemente con la respuesta de fidelidad al Amado. Si vale la pena el sueño, seguidlo hasta darle alcance, que quien más alto se eleva, divisa mejor el valle. De tu cortijo vengo enamorado, flor del Padre, Palabra y armonía; el arpa de Yavé se estremecía en el Verbo de Dios, el Engendrado. El eco de tu silbo emocionado sobre el cielo de mi alma descendía y mi espíritu extasiado se perdía por la acequia escondida del Amado. Eres beso y ternura de una madre; tú dibujas el rostro de las cosas, silabeas su nombre con amor Y eres la voz y la expresión del Padre en las simas del alma silenciosas, ¡Tú, mi Dueño, mi Vida y mi Señor! CANCIÓN 34

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