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APARTADO PRIMERO: JESUCRISTO ¿DÓNDE ESTABAS, SEÑOR? Hace ya seis años que resido en la enfermería provincial y he visto el tránsito de 50 religiosos hasta el cielo. Me impresionaba el silencio de Dios y la aparente soledad en que morían. Pedí al Señor luz sobre el Padre mío ¿por qué me has abandonado? y me dio ojos nuevos de fe comprendiendo que "la salida en soledad y triste de este mundo es la entrada serena a la nueva Ciudad de Dios". - ¿Qué le diré al Señor cuando me llame? le diré, que he dejado mi familia. - Ya lo sé, me dirá gozosamente, Ya ves que yo también dejé la mía. - Abandoné mi patria por seguirte, mi carrera, el futuro de mi vida. - Yo también, por buscarte, dejé el cielo y a mi Padre y su dulce compañía. - Me entregué con fervor a las misiones, a los pobres, enfermos, sin medida. - Ya lo sé. Yo busqué a los pecadores, los sin nada, la gente más perdida. - Ahora ya me ves, estoy enfermo y me ahogo en soledad y noche fría. - Ya lo sé. Y yo estoy en esta cruz y me han dejado solo en agonía. - No te veo, Señor, pero te amo. - Ya lo sé. Y, besando mis heridas, puso sus labios en mi rostro yerto y exclamó con amor: ¡ Misión cumplida!