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NÉSTOR ZUBELDíA BARSELÓ BEBER EN EL MISMO AMOR ¿Por qué cañada secreta discurre oculto el amor? Llévame, madre, tras él para darle el corazón. Bajó el Amor cual brisa mañanera, canastillo de besos y alegría; era embrujo de gozo y fantasía la infancia del Amor en su ribera. Vino luego, al llegar la primavera, profundo y turbio lago de armonía, cantor de la emoción y simpatía, manantial de pasión honda y sincera. Surgió en la tarde en madurez florida, señor de su corcel ya domeñado y auriga de su noble corazón. El Amor inundó toda su vida y se hizo todo en todos, entregado en éxtasis de altísima fusión. CANCIÓN 24