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NÉSTOR ZUBELDÍA BARSELÓ DIOS ERA LUZ Y AMOR El alma va buscando ansiosamente a su Amor y, a la vista de las crituras, se queda extasiada y fuera de los sentidos corporales, contemplando los atributos de la divinidad. La visión del rostro de Dios desde la creación transforma suave y misteriosamente a la persona. "¿Cuándo llegarás, Amor?, le decía enamorada; cuando entró en su corazón, ya no le decía nada. Con ansias infinitas te he buscado en la belleza de toda criatura y, al contemplar en ellas tu figura, me dejaste cautivo, alucinado. Descendiste a mi aldea enamorado, al pie de los sentidos con ternura, y, yéndolos besando en tu hermosura, dormidos a tu vera se han quedado. Una luz fascinante de tu Esencia, más radiante que el sol de la mañana, ha inundado mi espíritu, Señor, y en un rapto audaz de tu querencia, llevándome a tu alcoba soberana, me pusiste el anillo del Amor. CANCIÓN 14

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