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APARTADO PRIMERO: JESUCRISTO 0Q JESUCRISTO, LUZ DE DIOS Jesucristo es experimentado por el contemplativo como el nexo entre el Padre y el Espíritu Santo. El Padre y el Hijo, al amarse, completan con el Espíritu Santo la Santísima Trinidad. El alma experimenta al Hijo como Luz y Verdad e, iluminada por el misterio del Dios Uno y Trino, exclama: aúpa nuestra mente oscurecida al balcón de tu luz y tu verdad. Si al pensamiento desnudo lo llaman intuición, ¿dónde está la diferencia entre Palabra y Amor? CANCIÓN 11 Al principio era el Padre y contemplaba la Idea de su Hijo el Amado; era la luz de todo lo soñado, el Verbo en quien gozoso reposaba. Su espíritu divino le alentaba el mismo pensamiento desdoblado y eran los dos, Amante y el Amado, la esencia del Amor que se abrazaba. En la esencia de Dios estaba inmerso el Hijo predilecto de la Vida y el nexo de la Augusta Trinidad. Condúcenos, Señor del universo, por tu senda secreta y escondida al balcón de tu luz y tu verdad.

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