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NÉSTOR ZUBELDÍA BARSELÓ LUXARDENS El alma desea ansiosamente asomarse al rostro del Amado. La experiencia que transciende los sentidos se realiza en la noche sosegada del espíritu. La ribera iluminada de Dios, escondida y secreta, se le abre desde el balcón del Amor, y el alma se queda hechizada contemplando ese rostro iefznito y bien amado que me hechiza y transforma con dulzura. "Detrás de la colina de cipreses está Dios", me decía la niña de ojos glaucos, y se aupaba para verlo con amor". ¡Oh luz de Dios, radiante claridad que alucinas mi noche sosegada y viertes como nieve soleada un halo de tu gran divinidad! Mirador fascinante de beldad donde el alma divisa enamorada tu ribera escondida, iluminada, y el templo en el que mora tu verdad. Abráseme en tu vista mi cuidado y déjame mirando con ternura, desde el balcón eterno de tu amor, Ese rostro infinito y bien amado CANCIÓN 10 que me hechiza y transforma con dulzura, ¡oh mi Vida, mi Luz y mi Señor!

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