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NÉSTOR ZUBELDÍA BARSELÓ Ojos de luz que miran, compañeros, al pobre y abatido en su dolor y a todo el que suplica tu favor, ojos dulces, amables, mensajeros. Poema 85 La figura de un místico especial, sellado con las llagas de Jesucristo, san Pío de Pietrelcina, capuchino, es pincelado en un éxtasis de amor: Son tus ojos gacelas del Amado, como dos rosetones de abadía, centinelas de Dios en lejanía, romeros de su rostro idolatrado. Poema 88 San Valentín, paradigma del amor, cierra esta corta sene de semblanzas: Llévame con la brisa de tus ojos a contemplar la rosa de los vientos, el valle donde vive silencioso el guardián de mi amor y sentimientos. Poema 93 Cuatro sonetos completan esta cuarta serie de poemas, uno dedicado a la "Vida escondida en Dios": Feliz el que ha sembrado en alta mar, con la brisa serena de su amor, rosas blancas y estelas de bondad. Poema 96 El segundo, "Sensaciones", que delinea las cinco etapas de la vida de toda persona: Y o estoy aquí soñando en mi ventana, ese paso inconsciente de la infancia, aire y sol, luz y nardos de fragancia, bella y tierna sonrisa en la mañana. Poema 94 El tercero, dedicado a quitar el hierro del miedo a la muerte: No me asusta la tumba silenciosa donde yazga mi carne ya vencida,