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APARTADO QUINTO: CANCIONES MENSAJERAS 19 Eres un juglar de Dios, que vas vertiendo sonrisas, manantial donde renacen las más frescas alegrías. 20 Si la montaña supiera la cima de mi deseo, arrodillada estaría para auparme hasta el cielo. 21 Los proyectos necesitan las dos manos del Señor, la diestra del pensamiento, la izquierda del corazón. 22 Puntos, puntos, puntos, nunca letras y un desierto, siete abadías del Císter, dos cementerios y un muerto. 23 Para que nadie me vea seré brisa de verano; besaré todos los rostros y haré sonreír sus labios. 24 La resonancia de Dios fue eco en tu corazón: camina a tus soledades si quieres oír su voz. 25 La sonrisa de tus labios es la flor de primavera, pero si no grana en hechos, has perdido la cosecha. 26 ¿Quién me curará la llaga que tengo en el corazón? No llames, madre, al galeno, que es una herida de amor. 27 La palabra es muy compleja por las letras que la forman; no te extrañe la interpreten de mil maneras o formas. 28 Dejad que los espíritus emigren de la tierra, pues sólo el cielo emite baladas de sirena.