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Cf) NÉSTOR ZUBEIDÍA BARSELÓ Reflejan, por el contrario en profundidad, la resonancia de unión con ellos. Así define a Jesucristo como Amor: Viniste, disfrazando tu presencia como amante, con voz que me alucina, con un beso de amor y paz divina. Poema, 14 Dialoga con los álamos, los montes, los ríos, los collados para que le lleven al Amado sus ansias: Llévame, con el brillo de tus ojos para ver en la brisa de los vientos el valle donde vive silencioso el guardián de mi Amor y mis sentidos. Poema 13 Hay poemas de experiencia de otros contactos, como Jesús es la Luz: Condúcenos, Señor del Universo por la senda secreta y escondida al balcón de tu luz y tu verdad. Poema 12 Él es la luz, el alma lo contempla extasiada, y siente la presencia del Amado como luz infinita de verdad: Tu luz, Señor, más limpia que la aurora, surtidor de la vida más preciosa manadero sin fin de la verdad. Poema 16 Las vivencias "Luz y Amor" retoman con frecuencia como manifes– tación de la experiencia esencial del cielo donde la vida es Luz y Amor. A ese momento del tránsito de este mundo a la nueva Ciudad de Dios alude cuando expresa: Dichoso eternamente el que ha logrado sellar sus labios con tu nombre santo y despierta nombrándote en su canto en la nueva ciudad de ciudad de tu reinado. Poema 1 Los misterios de la Resurrección y Ascensión afloran con una fuerza singular y extraña, en admiración sorprendente y gozosa:

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