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CIENTO CINCUENTA LUNAS Una mujer desesperada por la traición de su esposo se acercó a un chamán para pedirle le ayudara a recobrar su amor. El chamán dijo que el sujeto estaba "brujeado" y realizó un ritual en el que la esposa debía beber un brebaje para encarnar el espíritu del esposo y así poderle "curar". El tratamiento le costó 300 dólares. Sin embargo, la mujer se divorció y el esposo se fue con otra. El 2 de mayo del 86 celebro el funeral por Mario Anastasio Tomalá García; la iglesia está abarrotada de feligreses. Mario ha fallecido de un cáncer a la garganta, a pesar de médicos y medicinas. A pocas horas del deceso empiezan a salirle garrapatas por la boca causando inmenso temor entre familiares y amigos. - Se nos van los mejores hombres -comenta un pescador de balsilla– y añade: esto no es un mal de Dios. - Esto es una maleza -afirma un primo del finado con gesto de impotencia y pena; Mario era bueno, ayudaba a todos, prestaba sin interés. A los 57 años abandona este mundo dejando esposa y ocho hijos. Corren los rumores de que Mario ha sido abatido por el maleficio de una comadre. Una gallina obsequiada por la comadre y entregada por una sobrina fue la que introdujo la maleza. Hay promesa de que la comadre será flechada. El 24 de mayo del 84 fallece la señora Luisa Teodora Yagua} Orrala después de cuatro de enfermedad y sesenta y nueve de vida. El parte médico firmado por el Dr. Arturo Vera dice: "Tuberculosis pulmonar". D. Francisco Tomalá, su esposo, sostiene que ha fallecido de "male– zas", de brujerías que le han hecho. Ha gastado cientos de miles de sucres. Ha peregrinado con Luisa por los consultorios de 15 médicos y 14 curanderos, entre éstos, uno de Perú muy afamado que le cobró cuatro mil sucres y el P. Francés (P. López)