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FRANCISCO ÜSTÉRIZ LIZARRAGA Hay tantos perros corno cristianos. No hay árboles frutales fuera de algún tamarindo; se dan el palo Bobo, guazangos, guayacanes, arbustos, rnoyuyos y zarzas... En inviernos de suficiente lluvia las grandes extensiones áridas se visten de hierba y flores convirtiéndose en rozagantes pastizales. Las familias se abastecen en Playas de frutas, legumbres, medicinas y artículos de primera necesidad. Fiestas La comuna celebra dos fiestas patronales durante el año: la Madre Dolorosa, en la primera mitad de junio y San Jacinto, en la primera quincena de agosto, siempre adelantándose al Morro. Seis semanas antes se reúne el Comité Católico y determina la cantidad de plata que ha de colaborar cada persona mayor de edad en activo. La tarea de los miembros del comité consiste en recaudar el dinero, contactar con el "castillero" y la banda y firmar el contrato con ambos. Los números de rigor en las fiestas son: la banda, el castillo, los aviones y carros de combate y profusión de voladores. Los "conjuntos" son contratados por los particulares. Después de la misa de vísperas cunde espontáneamente el ambiente de jolgorio; la banda desgrana músicas criollas y grupos de jóvenes disfrazados bailan al aire de los instrumentos. Fogones de carbón y hornillas de kérex homan carne de res y mihsquis y fríen empanadas, y el vaho que emanan satura el ámbito de la población. Docenas de venta de chucherías y objetos religiosos colman el parque y sus alrededores. Revientan los cohetes sueltos. Los perros mortifica-