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Pórtico En la~ riberas del Pacífico, en el sector comprendido entre las parroquias Chanduy y General Villamil, en la vertiente suroccidental de la cordiUera Chongón-Colonche, en las coordenadas 80°, 26' de longitud oeste y 2°, 58' de latitud sur, se encuentran las comunas Tugaduaja, Engunga y Engabao. Las tres poblaciones tienen características comunes: aparecen des– colgadas del tiempo, participan de una gran soledad y están abandonadas a su suerte. No tienen alumbrado público, ni alcantarillado, ni un palmo de calle pavimentada. Los carreteros se pierden en una nube de polvo en verano y se hacen intransitables en invierno por los lodazales. El sector es de una belleza adusta bajo la sombra del bosque tropical costero, depilitado y en vías de destrucción por las continuas ypertinaces sequías y los soles implacables. La vegetación viste la tierra con zarzas, arbustos y moyuyos y unos guazangos desperdigados. Se escucha el silbido del pájaro invisible y el triscar alegre de los veloces venados. Todavía resuena el poderoso eco de la Agustinita, la niña virgen que exhalaba desde la tierra del camposanto un perfume delicioso; y un seminarista de nombre Carlos Flores y dos compinches, abogado y periodista respectivamente, se alistaron para levantar un negocio fabu– loso. Exhumaron el cuerpo de la joven, lo colocaron en una urna y lo pusieron a la veneración del pueblo. Pronto prendió lamecha, asomaron los reporteros de la revista Vistazo y comenzaron las peregrinaciones para ver a la "santita" de Engunga. Las autoridades de la Iglesia tomaron cartas en el asunto, enviaron un presbítero con orden de desautorizar el hecho y poner en entredicho el