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2. El clima de Manila no es molesto en diciembre-enero, en esos meses el viento del norte llega fresco empujado desde Siberiaypasando por China; normalmente, a mediados de febrero empieza a soplar el viento del sur. Entonces el calor suele apretar en Manila más que en Pangasinán, sólo que enManila las defensas contra el calor tropical son más fáciles, debido a los aparatos eléctricos y a la abundancia de los medios de transporte y al reducido territorio de las parroquias. 3. El problema económico surgió en Pangasinán ya en el primer año del P. Cesáreo de Legaría y del P. Femando de Erasun; en los años de la postguerra habían mejorado las condiciones, por ejemplo desde Manila se mandaban a Pangasinán todos los estipendios de misas que necesitaban. Pero el problema seguía sin una solución clara y satisfac– toria. 4. Por otra parte se había señalado a todas las parroquias una cuota mensual para la construcción enQuezon City del Santuario de laVirgen de Lourdes con su Casa Central. Las cuotas señaladas a las parroquias de Pangasinán eran mínimas. En esta situación se había dicho, aunque fuese medio en broma, que si los conventos de Pangasinán no eran de la Orden, sí lo eran los que los habitaban. Luego, pensándolo mejor, uno de Pangasinán podía deducir que lo que se proyectaba construir iba a ser la Casa Central: nuestra Casa de Acogida en Manila, donde poder descansar entre hermanos, cuando les llevaba a la Gran Manila algún asunto parroquial o médico, o simplemente para descansar. 5. Pero pronto se verá que la citada frase influyó en la mejora de las condiciones de vida en Pangasinán. A ello contribuyó también que la construcción de Lourdes no iba a ser tan apurada como se veía en los comienzos, por tres causas: a) las contribuciones de los devotos de Nuestra Señora de Lourdes superaron lo que se había calculado; b) al poco tiempo empezó a verse cercano ya el pago de los daños de guerra que se impuso a Japón; c) a todo esto se añadió la mejora económica de 91