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Hno. Santiago de Zandio, se escondieron en la amplia huerta que rodea convento e iglesia; los de Aguilar, PP. Alberto de Urdiáin e Isaac de Azpeitia, fueron a un barrio cercano. Nuevos Superiores y destinos. Entre los nueve religiosos víctimas de la ecatombe de Manila se contaban el P. Florencia de Lezáun, Custodio, y el P. Félix de Igúzquiza, 2°Discreto. Ante esta situación, el P. Bienvenido de Arbeiza, Discreto 1º, quedó encargado del gobierno de la Custodia, hasta que el Definitorio Provincial aprobase la terna que le presentaron los religiosos de Filipinas. El P. Bienvenido era hasta entonces párroco de San Miguel, Tarlac. Debido a esto hubo un reajuste de personal que afectó a Pangasinán: el P. Hipó lito de Azcoitia fue nombrado párroco de San Miguel y el P. Benjamón de Ilárduya volvió a su primera parroquia de Bugallón. Visita Canónica del P. Provincial El 27 de mayo de 1947 llegó a Manila el M.R.P. Ricardo de Lizaso para girar la Visita Canónica a la Custodia de Filipinas. Terminada la visita de las casas de Manila, llegó a Aguilar el 16 de junio, después de un viaje de seis horas en autobús. Pasó tres días completos visitando todos los barrios de la parroquia llevado por el P. Alberto de Urdiáin en su jeep. El P. Alberto le puso al tanto de su vida de párroco y de sus peripecias y apuros durante la dominación japonesa. El día 19 llegó a Bugallón; su visita se prolongó hasta el día 21. Del 21 al 24 visitó la parroquia de Salasa. El día 22, domingo, se reunieron los tres párrocos en Salasa; después de comer hicieron una excursión a las parroquias de Sual y Labrador. Todavía pertenecían a la Vicaría de San Francisco de Asís; estaban regentadas por dos sacerdotes filipinos. El día 23 hizo el P. Provincial la visita obligada al Sr. Obispo de 81

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