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al número creciente de filipinos que servían como espías de los japone– ses. Asaltaron la casa de tres espías de Dagupan, les ataron y, por caminos intransitables por la condición del terreno de bajo monte y de manglar, se dirigieron hacia Salasa; temiendo que los alcanzasen los japoneses, entraron en el cementerio parroquial, los mataron y los enterraron. Llegados los japoneses, arrestaron a varias personas. Por la mañana fue citado el P. Jacinto de Erasunjunto con el P. Hi– pólito de Azcoitia ante la Policía Militar de Dagupan. Una de las preguntas que hicieron al P. Jacinto fue dónde estaba el día 31 de julio; él contestó que no estaba en Salasa; a la pregunta de por qué estaba ausente de su parroquia, contestó él que había ido por la mañana a Bugallón a celebrar con su compañero la fiesta de San Ignacio, "Santo de nuestra tierra". Les hicieron más preguntas. Se libraron gracias a la buena traducción del intérprete, un japonés que conocía a los Padres y algo de sus costumbres, pues antes de laguerra teníaunaCasaComercial en Dagupan, donde los dos Padres le hacían compras. También influyó el Jefe de Policía de Bugallón que intervino en el interrogatorio; era partidario de Japón y buen amigo del P. Hipólito. Una decisión en vista de la vuelta de América. Por todo lo que se oíapormedio de radios clandestinas y de octavillas que circulaban entre la gente, se veía inminente la vuelta del Ejército Americano. Así que a finales de julio de 1944 se reunió el P. Custodio, P. Florencio de Lezáun, con sus Discretos, Bienvenido de Arbeiza y Félix de Igúzquiza y determinaron sacar de la Casa Central, intramuros de Manila, a los ancianos y enfermos, y enviarlos a Aguilar provistos de dinero. Los religiosos señalados fueron los PP. Isaac de Azpeitia, Pedro de Muniáin, Ladislao de Busturia y el Hermano Santiago de Zandio. El P. Ladislao iba a ser el ecónomo de la casa, encargándole al mismo tiempo que tuviese todo preparado por si religiosos de las parroquias de Manila decidían refugiarse también en Aguilar. A última hora el P. Ladislao no fue a Aguilar, fue el P. Román de Vera. 79

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