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VI. CATEQUESIS -APOSTOLADO. Actividades. Ya se ha hablado de la importancia que desde el principio dieron nuestros misioneros a la enseñanza del catecismo y a la formación de adultos, reflejada ésta en las Asociaciones religiosas. Anualmente se daba una relación a los Superiores (Manila, Provincia y Curia General). Esta relación o informe abarcaba todas las actividades pastorales y aun el estado de los edificios; en ella se podía seguir año tras año el aumento de niños catequizados, miembros de las Asociaciones religiosas, prime– ras comuniones, sacramentos a adultos en general y a enfermos... El año escolar termina en Filipinas a finales de mayo. Antes de las últimas clases había que terminar el trabajo de confesiones y comunio– nes; nuestros párrocos se ayudaban en este ministerio, a veces penoso por el calor de marzo y por caminatas a barrios lejanos. Se podían oír las confesiones en la misma escuela; una vez superadas las antiguas prevenciones, pasabanpor alto puntos del Reglamento en algo que hacía bien a sus discípulos. Normalmente la misa de comunión se hacía los sábados, con la ventaja de que el Reglamento permitía el uso de las escuelas para actos cívicos o religiosos. Más tarde, cuando hubo medios, nuestros párrocos hicieron ermitas cerca de la escuela, con el fin de crear en los niños un sentido de lo sagrado. Medios de enseftanza catequética. Para catequistas se escogían personas de las Asociaciones religiosas parroquiales, normalmente de las Hijas deMaría. Según el Statutumpro 57
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