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No había luz eléctrica, ni teléfono, ni telégrafo, ni agua corriente. El agua de las fuentes públicas era segura; se acarreaba y se guardaba en tinajas. El querosín, producto del petróleo, servía también para cocinar; más económico resultaba el uso del dalikán, unutensilio de barro cocido con tres salientes en que se ponía el puchero, etc. El humo solía ser su inconveniente. Para los baños se traía y se depositaba en vasijas grandes de barro cocido, pintado por el exterior para que no rezumase; para ducharse servía la corteza dura del coco o una jarrita. Andando el tiempo se pusieron bombas de mano para subir agua de pozos artesianos. En cuanto a comunicaciones, la carretera nacional era de grava mezclada con tierra arcillosa; un inconveniente era el polvo. Para ir a Manila lo más cómodo era el tren desde Dagupán. Para las comunica– ciones dentro de la parroquia, servía el carro tirado por un carabao, y el carromato o calesa. Ésta era un vehículo más sencillo, tirado por un caballo, y capazparacuatro omás personas; este vehículo eramás rápido y dejó en desuso al carro; servía lo mismo para la carretera o camino vecinal, se podía alquilarla pagando todo el importe, ojuntarse a los que iban al barrio deseado. Por supuesto, en la carretera circulaba el Pantranco a sus horas; después de la guerra del Pacífico hicieronun gran servicio los jeeps. El Pantranco -Compañía de Transportación de Pangasinán- tenía la licencia para circular por Pangasinán, y desde la ciudad de Tarlak hasta Manila, sin parar. Era un transporte muy apreciado por el pueblo, ya que resultaba barato y se podían conseguir ciertas ayudas económicas con ocasión de eventos especiales organiza– dos por los ayuntamientos. Religiosidad popular. 1. Lasmanifestaciones de religiosidadpopular son siempre expresio– nes de fe, aunque su origen no haya sido cristiano, sino producto de las ideas religiosas precristianas, por ejemplo de las prácticas religiosas que [gJ

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