BCCCAP00000000000000000001206
había entonces un barrio muy difícil de ser atendido desde Lingayén; de este barrio se pasaba en canoa a la población de Labrador cuyo ayuntamiento queda a escasos metros; lógicamente para su vida en lo que respecta a mercado, iglesia, etc. la gente acudía a Labrador. Así que el P. Cesáreo tomó la decisión, que comunicó al P. Provincial en agosto de 1934, diciéndole que está "trabajando en la construcción de dos capillas en unos barrios de Lingayén y Sual, que se encuentran abandonados espiritualmente por su distancia" 67 • Lo mismo ocurría en otro barrio de Lingayén, Lasip; este barrio no tenía acceso normal alguno a su parroquia y municipio. Para cualquier asunto civil o religioso sus habitantes tenían que cruzar el río en canoa hasta Bugallón (2 o más kilómetros), y de Bugallón ir a Lingayén (unos 1 O kilómetros). Así que la gente acudía al cercano Bugallón. Otros dos barrios de San Carlos-Mabalbalino y Manlokbok, con permiso de su párroco, llamaban al párroco de Bugallón o de Aguilar para la misa y bautizos de su fiesta. No implicaba más trabajo que el de añadir una fiesta de barrio más en el caluroso mes de mayo. En la estación de secas todos los barrios exigían el mismo sacrificio físico: cansancio del camino con calor y copioso sudor. En la estaciónde lluvias monzónicas podía haber necesidad de atravesar con el agua hasta los muslos por barrizales o terrenos para plantar arroz. Esto último en casos de urgencia. 2. Pasando a condiciones de la vida diaria, en cuanto a alimentos no había problema mayor, pues los productos locales proveían de una alimentación suficiente y sana, si exceptuamos la carne y algo de pescado; esto último dependía del número de días de marcado. No había frigoríficos, pero los cocineros se las arreglaban para que todo estuviese en condiciones sanitarias. 67 Archivo Provincial de Capuchinos, Pamplona. 51
Made with FlippingBook
RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz