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La Diócesis de Lingayén, capital de la provincia de Pangasinán, comprendía no sólo esta provincia (unos 10.000 km. 2 ), sino también un amplio territorio de las actuales provincias de Tarlak y de Nueva Écija. El nuevo Obispo empezó inmediatamente a visitar su Diócesis parroquia por parroquia. Abrió el Seminario Menor en la cercana parroquia de Binmaley, encargándoselo a los padres del Verbo Divino, uno de los cuales regentaría la parroquia. Se dio cuenta de la realidad y de la necesidad de clero. Para aquella extensa Diócesis con casi un millón de almas sólo contaba con 44 sacerdotes, algunos de ellos nomuy celosos de la gloria de Dios y del trabajo pastoral. El aglipayanismo y el protestantismo habían sembrado la duda y la indiferencia religiosa. 20