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aprobadas estaban sujetas a la aprobación del Gobernador General y si éste las negaba 2 veces, a la aprobación inapelable del presidente de los Estados Unidos. El P. Cesáreo y la cuestión de las Escuelas Privadas. El P. Cesáreo tuvo la suerte de encontrarse conunaEscuelaparroquial en la Ermita. Era una gran ayuda para dar a la niñez una educación cristiana más firme y operativa. Pero se encontró también con la obstrucción que a las escuelas privadas venía oponiendo el Comisario de Instrucción Privada, Sr. W. Buckisch. Les obligaba a hacer cambios y arreglos en los edificios y aulas, a comprar muchos libros de lectura para sus bibliotecas, algunos de ellos protestantes. En parte tendría razón; pero el hecho es que a las escuelas públicas se les tenía toda clase de consideraciones. El Sr. Buckisch era arrogante y dictatorial; a sus exigencias siempre añadía la amenaza: "se ordenará el cierre de su escuela de no seguirse la obediencia puntual e inmediata" 10 • ¿Qué hacer? Algunos diputados católicos formaron un comité de investigación, preparando en secreto un cuestionario, que luego fue enviado a los Directores de Escuelas y Colegios privados. Una vez rellenados los cuestionarios, se enviaron al Comité de Diputados, que actuaba extraoficialmente, bajo la hábil dirección del Diputado Benito Soliven. El Sr. Buckisch se enteró de lo que se estaba preparando. Justamente alarmado, amenazó con publicar la lista de las escuelas a ser cerradas inmediatamente por rebeldes y mercantilistas. Fue entonces cuando el P. Cesáreo, sin miedo a las consecuencias, denunció públicamente la actuación "dictatorial" del Sr. Comisionado. Publicó un valiente artícu- 10 Sobre este tema puede consultarse ARBEIZA, Bienvenido de, Reseña Histórica de los Capuchinos en Filipinas. GJ

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