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San Francisco. Claro que no hay que ser quijotes. Nuestras parroquias de Pangasinán no son lucrativas, pero dan bastante; ello se completaría, singran esfuerzo, con ayuda de laCustodia, con lo que sobra enManila". 3. El ponente dio estas razones para no abandonar Pangasinán: "1) que habiéndolo tomado ya, no hay por qué defraudar las esperanzas de un Obispo necesitado, que está en posesión, para ayudar a otro. 2) la segunda razón es el apostolado allí realizado y todavía no completado: a) ya desde los primeros tiempos se puso fin allí al aglipayanismo, de lo cual se puede gloriar la Orden Capuchina 156 • Las demás sectas se hanmantenido a raya debido a la intervención constante de los Padres que por allí han pasado, no hay más que recordar los folletos publicados en respuesta a la propaganda adversa, los debates con los herejes y enseñanza asidua del catecismo han puesto al pueblo sobre aviso para no ser engañado". "No estará de más el recordar también que el cumplimiento de los deberes elementales cristianos está allí más alto, en porcentaje, que en muchas partes que se dicen de raigambre cristiana 157 • El porcentaje de casamientos por la Iglesiay de defunciones con sacramentos siempre ha estado más alto que en nuestras florecientes parroquias de Manila. Pero he dicho también que nuestro apostolado no ha sido completo. Si se ha de abandonar aquello, creo yo que la Orden Capuchina no lo podría hacer con cara serena sin dejar una Escuela en Bugallón y en Aguilar". 156 Se refiere a las parroquias de Sual, Labrador y Bugallón en las que a nuestra llegada había capilla y pari-pari (pseudo sacerdote); al quedar ellos sin "feligresía", desaparecieron, aunque no desapareció del todo la mentalidad aglipayana, mezcla de todo lo que se decía contra la Iglesia y contra los curas. En este sentido, en un Barrio de Buagallón llamaron un año a un pari-pari para su Fiesta; fue una llamarada que no duró, porque se basó principalmente en que la Iglesia tenía que ser filipina. Estaban también los Metodistas con su pequeña capilla; no conseguían muchos adeptos. Más tarde llegaron los de la Iglesia de Cristo (los de Manalo) y los Testigos de Jehová. 157 Se habla del porcentaje de los no impedidos. 126

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