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El 19 de abril escribía al Ministro Provincial de Cantabria, Fr.Matías Dañobeitia para enviar la dirección completa de su sobrino y Diputado a Cortes, Don Javier Los Arcos; al mismo tiempo le sugería que consiguiese del prelado de Pamplona licencia para tornar a Sangüesa. Esperando la visita de los franciscanos le incluyía el horario de los dos autobuses que comunicaban Pamplona con Sangüesa, uno de madrugada y otro al mediodía, y que tardaban cuatro horas en el trayecto 17 • La carta de 12 de diciembre de 1889 iba llena de buenos augurios para la restauración. En efecto, "Dios Nuestro Señor ha permitido que se resintieran los Arquillos de la Solana del convento, que el Capitán General mandase un ingeniero a reconocer el edificio, que éste se declarase como ruinoso, que la tropa saliese del Convento y hoy día 12 Diciembre, infraoctavo de la fiesta de la Inmaculada Concepción se han marchado los soldados a Pamplona..." Al mismo tiempo que tan importante noticia, Don Eladio proponía al Provincial un plan de acción para actuar ante las autoridades eclesiásti– cas y civiles. Sobre todo, insistía en que se personase en Sangüesa con algunos religiosos, que consiguiese en el Ayuntamiento las llaves del convento para tomar posesión del mismo y arreglar algunas celdas para los religiosos, que se quedasen en el conevnto. Aquello no era correr, sino volar en el vacío. De hecho, en Sangüesa existían otras opiniones y cálculos. El princi– pal provino de las Religiosas Agustinas Descalzas, llamadas también Comendadoras, que aspiraron a entrar en la ciudad y situarse en el exconvento de san Francisco. La situación era rosada como la aurora, pero han aparecido oscurísimos nubarrones: "Hay pues grandes dificultades desde hace algunos meses, las cuales voy a decirlas brevemente. Hace algunos años que se hizo 17 A fin de no repetimos, hacemos constar que todas estas cartas las reproducimos en el Apéndice de documentos. 22

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