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Beatas Rosario, Serafina y Francisca, vírgenes y mártires, de la Congregación de las Terciarias Capuchinas de la Sda. Familia En la fiesta de tres mártires Terciarias Capuchinas, beatificadas por Juan Pablo 11 (1 i marzo 2001 ), cantamos a Jesús, Rey de los mártires. La corona de espinas ha florecido. A Cristo, a quien ios mártires aclaman con palmas (Ap 7,9), le aclamamos con palmas de su huerto: Rosario de Soano (1866-1036), Serafina de Ochovi (1872-1936} y Francisca J. de Rafelbuñol (1901-1936). Rosario, antes de ser fusilada, entregó su anillo al verdugo y le dijo: "Toma, te lo doy en señal de que te perdono". Rosario se había ofrecido como víctima de expiación hasta el martirio. El Señor había aceptado la ofrenda. De Serafina recordamos su querencia al sagrario en toda necesidad: "Vaya al Sagrario y diga al Señor: Señor, no tenemos pan". Sin duda que en el sagrario bebió su martirio. Rosario y Serafina fueron martirizadas juntas, en las inmediaciones de Puzol (Valencia), llevadas la noche del 22 de agosto de 1936. Francisca era joven y bella y cuidaba su porte con pulcritud. Tenía miedo a la muerte: "¡Ay, madre, que me van a matar! ¡Yo no quiero que me maten" "No tengas miedo-le respondía su madre-. ¡Hija mía, no reniegues a Jesucristo, que te quiere mártir!". Fue martirizada en la madrugada del 28 de septiembre de 1936, en el cementerio de Gilet (Valencia). El mismo día murió mártir su hermano sacerdote, beato José. En la doxología glorificamos a Jesús Buen Pastor, advocación muy querida por las Terciarias Capuchinas; a Jesús, Buen Pastor de corazo– nes; a Jesús, el Testigo (mártir) fiel, que en sus mártires sigue obrando maravillas.

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