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La custodia y guardia del eremitorio de Rocaforte ha sido encomen– dada a los franciscanos de Olite, a petición del Arzobispo de Pamplona, el 14de febrero de 1962. La iniciativa franciscana de Olite responde a una petición del Arzobispo de Pamplona, Mons. Enrique Delgado y Gómez, del 14 de septiembre de 1962, contenida en estos términos: "Nos, el Dr. D. Enrique Delgado Gómez, por la gracia de Dios y de la Santa Sede Apostólica Arzobispo de Pamplona y Administrador Apostólico de Tudela: Considerando que el llamado Oratorio de SanBartolomé de Rocaforte es un· monumento religioso de singular valor histórico, por su vinculación tradicional al venerable recuerdo de la presencia de San Francisco de Asís en España... Que por hallarse en estado ruinoso y a bastante distancia de la población, no se celebra culto alguno en dicha ermita... Que es preciso salvarlo de la ruina a que está irremisiblemente condenado si no se le aplican medidas urgentes de retejo, reparación de techos, muros y piso, para que vuelva a nueva vida con la intervención de los hijos de San Francisco... Conscientes de nuestra responsabilidad en orden a· la conservación y revitalización de ese antiquísimo e histórico eremitorio de San Bartolomé de Rocaforte... En el ejercicio de nuestra jurisdicción ordinaria, concedemos a la Comuni– dad de padres Franciscanos de Olite, bajo la obediencia del M.R.P. Provincial de la Seráfica Provincia de Cantabria, la ·administración perpetua del citado oratorio de San Bartolomé de Rocaforte. Dado en nuestro Palacio Arzobispal de Pamplona, a catorce de febrero de mil novecientos sesenta y dos". Enrique Delgado, Arzobispo de Pamplona. Por mandato de S.E.Rvdma., Sixto lroz. (Hay un sello) Libro de las Fundaciones Muchos son los eremitorios y conventos que pretenden ser fundados personalmente por San Francisco. Los únicos eremitorios serían el de Rocaforte, Jaca y Compostela; de los demás se conocen las fechas de su fundación: Pamplona aspira a 1213, pero según la fecha histórica, se establecieron los franciscanos en 1238 en el monasterio de San Pedro de Ribas, antigua fundación benedictina; después, en 1248, entraron en la 48