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Itziar, etc... para seguir a Compostela. En medio de los negocios, florecieron almas piadosas que se preocu– paron de los pobres y de los peregrinos. El Dux Pedro Orseolo fundó la primera Hospedería para peregrinos por los 976 a 978; ocupado en estos menesteres, se encontró con él el abad catalán de Cuxá, que entonces preparaba viaje a Tierra Santa; hablaron los dos sobre la caridad cristiana y quedó el Dux tan impresionado que se retiró a la abadía de Cuxá, renunciando a su cargo de Dux; hoy es San Pedro Orseolo 10 • Nuestros antepasados tenían verdadero afán por erigir hospitales en favor de pobres y peregrinos, para que "les valiese delante de Dios" y los necesitados rezasen por ellos; así se lefa en un antiguo hospital de Aorencia: ANNO MCCCXI UPPO FORESSE CHIAMATO UPPO SOLDATO FACE FARE QUESTO SPEDALE PRO REMEDIO DEL ANIMA SUA. Aun los prestamistas sentían remordimiento en sus últimos años de vida, por haber explotado a los pobres, y construían un hospital en expiación de sus trampas, usuras y préstamos a un alto interés, como lo dice la copla popular muy expresiva y cazurra: · El señor Don Juan de Robres con caridad sin igual, hizo este santo hospital, pero antes hizo los pobres. Venecia poseyó cinco iglesias dedicadas a Santiago; hoy dfa sólo quedan dos; se fueron arruinando con la decadencia de las peregrinacio– nes. La existente en la Giudecca (Judería), al arruinarse, fue reedificada con el nombre de Santísimo Redentor, como una promesa del Senado durante la peste de 1576 ("per voto del Senato durante la pestilenza"). Una vez al año acuden las autoridades a dar gracias por semejante favor después de 500 años; la iglesia está encomendada a los Capuchinos que habitaban un pequeño eremitorio en las cercanías, y donde una estatua representando a San Francisco Xavier moribundo, recuerda la tradición de su última Misa en Venecia, en aquel eremitorio. Las Ordenes de San Francisco y Santo Domingo animaban a los nobles y comerciantes enriquecidos, a realizar algo en favor de los pobres, como son los hospitales y las hospederías gratuitos; de esemodo, 16