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Tratan de ser cautos. 2.- China se está abriendo; pero es una apertura incipiente, insegura, recelosa. Es muy difícil andar solo por lugares tan alejados sin llamar la atención. En mi caso, el hablar c'llino y "desear visitar las tumbas de mis parientes" me conectó como católico con la iglesia católica de Pingliang. Pero ya allí tuve la siempre inoportuna visita de la policía en el hotel. Siempre recelan. Esta vez, al menos, los del gobierno fueron muy amables conmigo. 3.- La pobreza de la Iglesia es patente. Sus seminaristas y religiosas aumentan. Necesitan sobre todo libros religiosos y dinero para mantener– se. Ahora les ayudan como pueden sus familias. Las iglesias son una ruina y las casas donde viven no tienen nombre. La iglesita de Pingliang es el antiguo comedor de los seminaristas. Cualquier día un vientecillo la echa por tierra. Ma Ji me dijo que quiere hacer una nueva y que el Gobierno le va a ayudar; pero que es insuficiente. Las religiosas se dedican a multicopiar libros sagrados para los cristianos en maquinitas antediluvianas. Aquí, en Hong Kong, los Fran– ciscanos tienen muchos libros de los que aquellos necesitan; pero hay que comprarlos y hay que enviarlos. ¡,Se les podría ayudar en este caso concreto? Por correo les llegan, poco a poco. Otras veces se pierde todo por la intransigencia, creo, de ciertos policías que obran más a su antojo que según la voluntad del Gobierno. 4.- Creo que el pueblo chino y la Iglesia china desean que volvamos a compartir con ellos. Pero la política del Gobierno es dura y cerrada, y habrá que seguir esperando y tratar de abrir caminos con paciencia. Aprender el chino es ahora uno de los primeros asuntos. Caminar, peregrinar, ver, estudiar, aprender y estar preparados para cualquier momento. Que China se abrirá estoy seguro. Pero luego no debemos improvisar, con una preparación deficiente, en la relación de dos culturas. Uno ve que China ya tiene su propia Iglesia y sus propios medios de salvación. A nosotros nos tocará hacerla más abierta, más grande y más santa. Sólo con estos criterios, esta Iglesia local hallará su camino. Ellos han mantenido la fe hasta ahora, e incluso han aumentado el número de 38

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