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China, escribí: "Nosotros recién comenzamos, y habrá que demostrar que no hemos iniciado esta aventura de Dios sólo por prestigio o por añoranza histórica". Lo de Macau se me iba enfriando. Sin perder la esperanza, decía en un informe: "Quedarnos en que el lugar de la fundación para un futuro sería Macau, y ya lo iremos viendo. De momento, ni siquiera he ido por esa ciudad; aunque pienso hacerme presente al señor Obispo por si la Orden decide un día que sea realidad una casa allá". Al General y al Provincial de Navarra les decía: "He de animar los caminos tanto en mi Provincia corno en Filipinas. Teniéndoles a ellos como base, la Orden podría soportar como cabeza responsable el futuro de esta misión en China". Estudio del idioma chino y contactos de animación Mientras me dedicaba al estudio del idioma chino, mis cartas a todos aquellos que tenían alguna responsabilidad. pretendían mentalizar pro– gresivamente, explicando la realidad que se vivía de cara a China. El Ministro General era el más decidido y entusiasta. El mes de marzo me escribía alegrándose de mis experiencias y animándome a seguir adelante. Y añadía: "No puedo menos de aprobar tu programa con mis mejores augurios de éxito. Te aseguro que, por nuestra parte, se hará lo posible para que unan a ti otros misioneros con la audacia y prudencia que la empresa seguramente requiere". Aún no había dado ninguna respuesta a la carta del Sr. Obispo de Macau solicitando nuestro programa de trabajo, en el caso hipotético de fundar en su Diócesis. En estos momentos tenía mis dudas, que aumenta– ban día a día al ir conociendo el terreno. Como por otra parte, tampoco quería perder su benevolencia, le escribí reiterándole el deseo de la Orden Capuchina de fundar en Macau, y aclarándole que de momento ese plan quedaba a la espera de la llegada de algún otro hermano para hacer la fraternidad. "La Orden Capuchina -le escribí- no quiere iniciar una andadura sin profundizar y sin conocer; pero está decidida a ayudar desinteresadamente". 29