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dejar de ser de la Provincia de Navarra, te integrarías con todos los derechos y obligaciones como huésped, en la Provincia de Filipinas. Si vencieran las dificultades y el hermano Troadio no se decidiera a asumir esta misión, entonces el panorama se trastocaría de forma impor– tante. Y de no contar con la ayuda de personal de otras provincias, quedaría pendiente una fuerte reflexión en el Definitorio para ver la posibilidad o no de asumir dicha misión sin dejarte solo en la estacada. En cuanto a la pequeña ayuda económica que envía el Ministro General (por vía aparte sé que la cantidad es de tres mil dólares), pienso que es la expresión clara de un punto inequívocamente aceptado por la Curia General: que cubrirá todos los gastos derivados de esa nueva y esperanzadora presencia capuchina en Macau". A Pingliang desde Macau Partí para Manila el día 26 de febrero de 1989 y me entrevisté con el hermano Provincial, Troadio de los Santos. Su postura era totalmente positiva respecto a la nueva fundación en Macau, con su posterior ampliación geográfica hacia la China Continental. En los hermanos de Filipinas hallé una buena acogida y una cierta frialdad interrogativa respecto a la nueva misión que proponíamos, muy normal por otra parte, al tratarse de algo inesperado y quizá insólito. Antes de salir para Hong Kong yMacau, rogué al hermano Troadio que me acompañara "para que constatara la realidad en persona y se animara así a asumir la parte correspondiente a la Provincia de Filipinas en esta nueva misión de China". Dedicamos los días 15,16 y 17 de marzo a conversar con los Hermanos Franciscanos de Hong Kong y, sobre todo, con Mons. Domingos Lam, obispo de Macau. Después de ello, Troadio regresó aManila y yo me quedé unos días más en Hong Kong tratando de aclarar las ideas y llegar a algunas conclusiones que resumí poco después en un informe enviado a Roma. 18

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