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Labaka), Félix de Gomecha yel hermano Alejo de Bidania. En este tiempo se ordenaron en Lanzhou D. Pedro Wang, D. Pablo Fang y D. Felipe Ma. Eran ya ocho los sacerdotes chinos. Acaeció luego la muerte de Alfonso de San Martín con tifus. Tarsicio de Villava regresó enfermo a Navarra. Poco más tarde dejaba la Misión Leonardo de Berbinzana y Eduardo de Legaria con las religiosas Capu– chinas. Las circunstancias adversas iban cerrando el cerco. A pesar de ellas, se ordenaron siete nuevos sacerdotes, llegándose al número de catorce nativos. Hubo dos acontecimientos notables a las fechas: la erección del nuevo Vicariato Apostólico de Pingliang y el triunfo del comunismo en China. El primero tuvo su culminación con el decreto de Roma de 24 de julio de 1950 nombrando primer obispo de Pingliang aMons. Gregario Larrañaga de Aldaba. Fue consagrado por el Internuncio Riberi, en Shanghai, el día l de octubre. El segundo fue que Kansu fue ocupado por los comunistas sin disparar un solo tiro. El 31 de julio de 1949 hicieron su entrada triunfal en las principales ciudades. Desde esta fecha hasta su expulsión, los misioneros capuchinos caminaron hacia el calvario en una serie de pasos dolorosos, bien premeditados por los nuevos dueños de China. Primero se incautaron de todos los edificios de los extranjeros. Luego fueron acorralando vergonzosamente a los misioneros con todo tipo de tretas, jugando al gato y al ratón, hasta encerrarlos en sus habitaciones durante largos meses. Finalmente, tras diversos juicios populares de carácter trágico-burlesco, los fueron expulsando por grupos. El juicio de Pingl iang, en la plaza mayor, contó con unos veinte mil espectadores que recibieron al obispo al grito de: "¡Muera!". Todos los Capuchinos llegaron a Hong Kong, con lo puesto, siendo recibidos con toda caridad en la casa de los padres Dominicos. Los dos últimos, salieron de Kansu el 31 de diciembre de 1953. Eran los sacerdotes vizcaínos Fernando de Dima y Julián de Yurre. 12

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