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la vida del amor, vida de Dios, no muere mientras Dios siga existiendo. Murió el Señor. De lo hondo del costado las fuentes de la vida se rompieron, y el chorro de agua viva en el Espíritu la vida del amor sigue infundiendo. Murió el Señor. Quedó su cuerpo santo expuesto sobre el ara para verlo; y al ser Cordero víctima de Pascua, no fue roto ninguno de sus huesos. ¡ Oh Cristo como rey crucificado, alzado nos convocas a tu reino; a ti suba el honor, ayer doliente y ahora en paz y en gozo sempiterno! Amén. 21. Clavados se han quedado nuestros ojos 34 Clavados se han quedado nuestros ojos al cuerpo que en la Cruz está clavado; tranquilo el corazón en su deseo, mirando con amor, feliz mirando. La Cruz lo ha dicho todo y nada queda que Dios pueda decir más hondo y santo; no tiene más palabra que ofrecernos, no tiene más amor que regalarnos. La Vida pura es carne magullada, es muerte en ese rostro, en esos brazos;

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