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Oh Cristo, di quién eres en el huerto, arcilla de la arcilla, frágil masa, y grande vencedor cuando te entregas, oh Dios de amor, al beso y a las armas. ¡ Que el mundo calle, atónito y temblando, y adore en tierra y dé rendidas gracias a ti, Jesús, hermano que nos suples, oh Víctima preciosa que nos salvas! Amén. 15. El trance de Hijo y Padre fue la muerte (Contemplación de la muerte de Jesús, Hijo de Dios) 28 El trance de Hijo y Padre fue la muerte, secreto trinitario, don purísimo; el Hijo se donaba en el Espíritu y el Padre recibía el ser del Hijo. La muerte era liturgia coronada, adoración el último suspiro, y estrecha comunión que en Dios subsiste del Verbo con el Padre sin principio. Cercaban los insultos, negra mancha, queriéndole tragar hasta el abismo, mas él moría en paz, cual soberano, incólume, impoluto, blanco lirio. Moría como rey de majestad en trono de inocencia el cuerpo erguido,

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