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Estudiante 1: Naturalmente. Es el origen. Estudiante 3: Estoy contigo, tío, aunque a veces me pregunto si el simple ser hombre sin más no lleva consigo una exigencia de servicio, los unos para los otros. Echar mano de la fe para asumir una postura de entrega por Dios, ¿ dignifica al ser humano o lo minimiza? Amí me gustaría que en primera instancia me quisieran por lo que soy. Y eso, pienso, no hace desmerecer la motivación cristiana. El ser humano es digno de todo, por ser humano simplemente. Estudiante 4 : Hoy los drogadictos, los afectados por el sida, etc. son los más pobres entre los pobres y yo no necesito presidir una eucaristía para servirlos. Tal protagonismo poderosome resulta un auténtico coñazo. Estudiante 2: Pero piensa que la religión es, sobre todo, misterio y gratuidad y, claro, historia. Estudiante 3: Ya saltó el teólogo. Yo, fraciscano-capuchino, cambio el marrón del hábito por el verde. Quiero meterme en el rollo ése del Greepeace. Mi vocación es luchar en favor de la justicia y la paz. Estudiante 4: No me convencen las iglesias de culto. Ahí no hay marcha, no hay