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y así engrueso mi caudal con chiquitos de agua clara, tantos, que se me suben aquí arriba, y me emborrachan; y vueltas te doy, y curvas que te hago con tantas aguas; ¡ené!, que si fuera vino, como carrusel te andaba. Curvas del río Arga hasta dar con la espadaña de la iglesia del convento de capuchinos de extramuros, casi en sombras. Sonorización de la campana, fundiendo con el canto del gallo. Y un cenobio. Y el badajo que deslíe y que desgrana sus golpes contra la piel sonora de la campana, y que convoca a maitines lejos todavía el alba. Un kikirikí madruga de improviso. La campana es un acullo que pone urgencias a la mañana. Diversas tc,mas de frailes capuchinos según texto. Foto fija_ del convento reflejado en el río. ¡ Mis frailicos capuchinos, viejos amigos del Arga, cómo no llevaros dentro del latido de mis aguas. si mi cauce es franciscano de tanto lamer las basas de este convento que abreva sus cimientos en mis aguas,